Mirando a Jesús, Buen Pastor, vemos al que siempre va por delante: con sus obras, vivirá para ellas, conocerá sus vidas, compartirá sus gozos y esperanzas
Mis ovejas escuchan mi voz. Yo las conozco y ellas me siguen; yo les doy la vida eterna y no perecerán jamás; no me las arrebatará nadie de mis manos. Mi Padre, que me las ha dado, es más que todas las cosas; y nadie puede arrebatar nada de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos una sola cosa.
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