Querida comunidad, ¡Buen domingo!
En este tercer domingo de Pascua, Jesús nos invita a caminar con Él y llenar nuestras vidas de esperanza.
Como a los discípulos de Emaús, que andan preocupados y cabizbajos, se acerca hoy a nosotros y nos pregunta de qué vamos conversando por el camino; y le contestamos con confianza sobre el tema de nuestras conversaciones: de nuestra preocupación por esta pandemia, preocupación por nuestras familias, por el trabajo, por la salud de nuestro mundo...
También en este caminar tenemos que escuchar su Palabra para que encienda nuestro corazón y dé sentido a nuestra vida. El Papa Francisco nos dice “Muchas veces hemos oído que el cristianismo no es sólo una doctrina, no es una forma de comportarse, no es una cultura. Sí, es todo eso, pero más importante y primero y principal, es un encuentro. Una persona es cristiana porque ha encontrado a Jesucristo, se ha dejado encontrar por Él.”
Yo voy a celebrar la Eucaristía en el templo de forma privada y un domingo más, desde nuestros hogares, nos sentimos en comunión con todos los miembros de nuestra comunidad cristiana y con la Iglesia universal. Celebraremos en familia que Jesús Resucitado sigue caminando a nuestro lado y renovando nuestra fe. Es Él quien, en medio de la rutina y los desánimos de cada día, nos impulsa a vivir como personas nuevas y llenas de esperanza.
Los apóstoles iniciaron con alegría la tarea de anunciar a los cuatro vientos la Buena Noticia de Jesús Resucitado. Hoy nos toca a nosotros continuar ese proceso de anuncio y evangelización. Pero para poder hacerlo de manera creíble y esperanzada, antes hay que vivir una experiencia de encuentro con el Resucitado, como la de los discípulos de Emaús. También te adjunto una carta para compartir como hoy, de una manera distinta, pero no menos comprometida, seguimos juntos, seguimos contigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario