La condición trinitaria del Dios de los cristianos hace que sea trinitaria nuestra oración: dirigida al Padre, por Jesucristo, gracias al Espíritu que nos ha sido dado.
“Jesus Jauna, sarri Ebanjelioa irakurtzen nago eta ezagutzen ditut zure hitzak eta egintzak; baina nireganatu behar ditut eta zure Espiritua hartu beharra daukat nire bizi bihurtzeko. Lagun iezadazu!"
Juan 16, 12-15
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello. Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir. Él me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros.
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